7 de junio de 2010

Sorpresa y buena. Restaurante La Peña, Villasana de Mena 26 05 2010



Últimamente me han preguntado: ¿por qué la gente de Burgos (ciudad) no viene a vernos? Me lo han preguntado en puntos distantes entre sí 200 kilómetros pero todos dentro de Burgos (provincia).

A mí la respuesta que se me ha ocurrido, sin tener demasiada confianza en ella, es que todos tienen un pueblo, un punto de referencia donde ir cuando llega el fin de semana y es muy difícil que vayan a conocer otros lugares. Siempre hay compromisos, reparaciones, fiestas y gente a la que ver en nuestros pueblos.

Para afirmar lo que digo he hablado con gente mayor, próxima a mí, y tienen un gran desconocimiento de todas las comarcas de Burgos salvo la cercana a su pueblo. Además, muestran total desinterés por conocerlas. Sólo conocen aquellos sitios de paso.


Así, con las nuevas autopistas o autovías como la Burgos-León, la de Valladolid, la de Bilbao, o la proyectada a Aguilar de Campoo, las referencias se pierden aún más puesto que ya no se pasa, ni de vista, por lo pueblos que antes eran partes de la ruta.

Con esta situación, llegar a un pueblo requiere tener verdadero interés en conocerlo. Uno de esos motivos inexcusables es tener un restaurante al que ir.


Por ello hay que anotar Villasana de Mena en el mapa de los planes. El restaurante La Peña y el Hotel Cadagua ofrecen más de lo que esperamos. Es una sorpresa de las buenas.

La carta de Juan Peña es sofisticada y sencilla, y las vistas del entorno desde el comedor son increíbles. La lasaña de perrochicos y mollejitas es uno de los mejores platos de la provincia. Después de estar allí salió varias veces: ¡Qué guapo! ¡Qué guapo!

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