
Sentarte a comer en un restaurante vacío suele crear un cierto desasosiego. Primero, porque tienes varios camareros, o uno solo, para tu propio servicio. Segundo, porque crees que la elección de restaurante no ha sido la correcta. Tercero, porque no ver a nadie hace que te concentres más en la conversación y degustes la comida “sin ruido” y ello choca contra las sensaciones anteriores.

El concentrarte en la comida y hablar sobre ella según van llegando los platos es muy importante, y a veces, con más bullicio se pierden detalles. Cuando como en la Merced se trata de ofrecer pequeños brillos que diferencian lo habitual de dicho restaurante, atender a los detalles es “comer”.

Si la comida se basa en una deconstrucción más y se trata de presentar platos tradicionales revisados hay que atender a si es verdaderamente buena dicha transformación. Y lo son. La sopa castellana sorprende, aunque se haya visto mucho. Es como regalar un buen juguete en desuso.

Hola
ResponderEliminarYo no se si el restaurante tiene diferente cocina con motivo de las bodas y para la carta. Sin quitarle lo suyo a la ubicación y al sitio, a mi en el tema bodas no me ha gustado demasiado. http://masalladelasfamosasguias.blogspot.com/2011/03/aunque-este-principio-no-se-aplica.html
Un saludo