31 de octubre de 2011

Divertirse entre lechones. Rincón de España 15 10 2011.



Cuando miré a los ojos a aquel cochinillo asado, expuesto por Ignacio Recio en la boca del horno de leña del Rincón de España, no sentí nada especial. Fue al ver sus muslos y su piel tostadita, mientras hacia como el perro de Paulov, cuando me acordé de las malas sensaciones que tuve dos veces al comer a alguno de sus congéneres en Segovia. Pero se quedó en mi cabeza y volví a las dos horas al encuentro, aquel día veraniego de octubre. Estaba riquísimo y ver la catedral de Burgos de fondo y el cochinillo en plano medio junto a un poco de vino, Castillo de Ura, delicioso, fue inolvidable. Marta y Estela estaban conmigo.

Volvía a reforzar mi idea de que en Burgos se puede hacer de todo; incluso comer un perfecto cochinillo asado. En el reino del lechazo los lechones burgaleses son escasos (los de cuatro piernas). Pero el Rincón de España se ha convertido en un lugar querido por más cosas. Javier y Fernando Mayoral, propietarios del negocio, son divertidos y enriquecedores. He conectado con su humor y nuestras conversaciones suelen ser descojonantes. Y el conocimiento y amor que sienten por el vino se unen a su descreimiento sobre la mayoría de las cosas establecidas.






Pronto, en noviembre, Fernando intentará ser el mejor Sumiller de España en San Sebastián. Pronto volveré a estar dentro del Rincón de España porque celebrarán sus 50 años justo el 11 del 11 del 2011. Pronto volveremos a disfrutar de nuevo. Así, sí se puede ser optimista.




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