31 de diciembre de 2010

Autocomplacencia madrileña. Julián de Tolosa 26 12 2010

Los camareros chelis y los bares y restaurantes de escaso talento abundan en Madrid. También abunda una sensación de atocomplacencia que tira hacia debajo de numerosos servicios de la ciudad. La grasa de los bares y las cartas escasas de muchos restaurantes buenos son increíbles. Cuando Paco Berciano habló de la variedad y la calidad de muchas cartas de vinos de los restaurantes burgaleses no lo entendí hasta que me encontré en el Asador de Aranda de Majadahonda una carta de vinos con 3 vinos de ribera del Duero. Y el metre nos ofrecía Viña Alberdi como primera opción.



Creo que se confunde que un restaurante tenga una especialidad a que sólo sepa hacer bien una cosa. En Julián de Tolosa (Cava Baja) es uno de esos restaurantes. Como alternativa a las alubias de Tolosa, que no llegan a acercarse ni de muy lejos a la calidad de unas alubias de Ibeas de los Claveles, sólo existe una sopa de pescado mezcla de puré de verdura aguado y tres escasos trozos de un pescado irreconocible.





Y sin embargo la carne estaba buena, muy buena, bien hecha. Pero por qué no ofrecen algo más que un buen segundo plato. Porque los clientes no piden más, se conforman con estar contentos por pagar 60 euros por una buena carne y haber estado en el Madrid de Lucio. Hasta que no dejen de pensar que el centro del mundo es la Puerta del Sol no podremos disfrutar realmente del talento escondido entre fogones “tradicionales” madrileños.



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