16 de abril de 2011

Fue suave. Jara 7 4 2011

Había oído hablar de Jara. Es un restaurante situado a un costado, el peatonal, del edificio de Hacienda en Burgos. Las referencias habían sido claras. Es un lugar semidesconocido que lleva muchos años trabajando excelentemente la cocina tradicional con toque de cocinera buena, con trucos personales fascinantes. Pero es un lugar que está apartado del circuito gastronómico habitual. Lo conocían una serie de iniciados que no querían darle bombo por si perdían su medio secreto. Así lo entendía yo antes de ir.









La oportunidad de ir allí con Gerardo Ibáñez de anfitrión y con Javier Abril, fue grandiosa. Porque Gerardo lo conoce bien, son como de su familia. Mi espectativa era muy alta. Esperaba ser deslumbrado por productos distintos, que supieran a producto. Y no llegué a ser deslumbrado. Los platos tenían un gran punto. Se notaba un cariño especial en su elaboración.

Poco a poco he ido regenerando mi ilusión por aquella comida. Cuando algo es bueno probablemente es suave. Quiero decir que puede que sea una cualidad de la calidad la suavidad. Un coche bueno es suave. Es más suave un mercedes que mi coche. Y aquella comida fue suave; poco a poco sedosa en mi memoria.




No hay comentarios:

Publicar un comentario