1 de octubre de 2009

Dar de comer para ser feliz (Blue Gallery, 20 9 09)

Blue Gallery, domingo, 20 septiembre 2009.



La experiencia de comer en los restaurantes puede ser gratificante. La mayor parte de las veces nos conformamos con que las cosas estén en su sitio y los sabores estén a la altura de los recuerdos. El cordero como debe saber el cordero. Es una manera de comer apetecible. Se convierte en un hábito en relaciones familiares, comerciales. Suelen adecuarse generalmente a los gustos de las personas a las que menos les gusta comer, a las opiniones más tradicionales y conservadoras. Muchas veces se convierten en la dictadura del “menos sabio”. En estas ocasiones la comida no es importante, es sólo un punto de encuentro, un lugar donde reunirse de manera relajada.

En muchas de esas comidas y cenas nos conformamos con platos que nosotros mismos podemos cocinar y comer en casa, en recetas al uso. De manera más recurrente la gente joven empieza a cocinar y es capaz de reproducir recetas parecidas a las que se consumen en la mayoría de los restaurantes, recetas de madre, padre o abuelos. Es probable que si todos nosotros tuviéramos casas más grandes dichas reuniones podrían celebrarse en ellas y la calidad gastronómica de los platos estaría a una altura similar, si no mayor, que muchos de los restaurantes que lucen rótulo.






Creo que debemos intentar dar un paso mas allá y conseguir que en los restaurantes se coma mucho mejor. Los cocineros y sumilliers son nuestros padrinos en la iniciación hacia la felicidad en el comer. Una felicidad conseguida por argumentos de sabor, textura y sorpresa. Debemos acercarnos a aquellos que intenten hacernos felices.

Muchos lo harán consiguiendo mejorar platos tradicionales y otros iniciando nuevos caminos. Ambos son ejemplos necesarios.

Creo que comer hoy en el Blue Gallery nos ha hecho felices un buen rato. Y seguiremos recordándolo con una sonrisa satisfecha.

Hernán Cano
octubre 2009

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