27 de junio de 2011

Carne como especialidad. Casa Pirulo 25 6 2011





La carne está, últimamente, de nuevo de moda. Probablemente los pescados toman la delantera en las mesas por la sutileza con los que hay que prepararlos. Hace tiempo cuando se iba de restaurante se tendía a comer solomillo o entrecot como platos estrella. Poco a poco el entrecot se fue escondiendo detrás de salsas de pimienta o roquefort. Escondida ahí, perdió el sabor y se fueron confundiendo cocinas y cocineros bajando la calidad de la carne porque lo que importaba era la salsa.

Ahora mismo la carne vuelve a tener su público. La carne de wayou es su exponente más evidente. Y la curación es esencial. Hace tiempo llegué a la conclusión de que come mejor un buitre que un león. Esa extraña reflexión venía de que la carne recién matada no está buena, es demasiado fibrosa y dura. Sólo el reposo y la curación, hacen que una carne sea tierna. Los restaurantes que curan sus carnes son lo mejores porque entienden el punto concreto en el que se encuentra cada pieza.










Así que cuando mi hermano, afamado carnívoro, me propuso ir a comer le dije que casa Pirulo era una buena opción. Para mí la carne no es una debilidad pero para él sí. Lo que pasaba además era que yo sí tenía ganas de comer carne (en bruto) y el chuletón de buey o vaca vieja de Pirulo llenaba mi boca de agua. El resultado fue excelente.

En Burgos hay referentes gastronómicos de alta calidad. Creo que Casa Pirulo se incorpora a esos lugares donde te sientes especial comiendo. Y esa especialización es fundamental porque ir al lugar indicado, y pagar allí la cuenta, sintiendo que has comido lo indicado satisface la idea de que somos libres para elegir y que elegir prueba nuestra inteligencia.

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